La fosa o fosas existentes en el cementerio de Alloza podrían darse por ilocalizables dada la desaparición de todo signo identificativo. En ellas yacerían, parece ser que en sepulturas individuales, varias víctimas de los republicanos. Concretamente tres sacerdotes que residían en Alloza, un sacerdote vecino de Oliete y el teniente de la Guardia Civil Miguel Félez Loscos. Sólo la losa rota en dos pedazos que un día señalizó la tumba de este último puede verse hoy en un rincón del camposanto que al parecer no coincide con la tumba original.

Otras víctimas de la represión ejercida por los republicanos: Dos vecinos de Alloza fueron asesinados en Cortes de Aragón por los republicanos, pero los informantes no fueron capaces de confirmarnos si se trataba o no de algunas de las víctimas anteriores. Se llamaban Juan Blasco Blasco y José Gazulla Blasco. Otras personas amenazadas consiguieron burlar a sus perseguidores con la ayuda de familiares o amigos. No muy lejos del pueblo, en la “Cuesta de la Val”, fueron asesinados dos hombres que resultaron ser vecinos de Andorra. Fueron trasladados hasta el cementerio de esa localidad, donde recibieron sepultura. También sería en término de Alloza donde fueran asesinados tres jovenes falangistas de Andorra, uno de ellos de tan sólo 15 años de edad, cuyos cuerpos fueron trasladados en su día al camposanto de aquella localidad.

Otras víctimas de la represión ejercida por los sublevados: Después de la caída del pueblo en manos de los rebeldes éstos ejecutaron a dos de sus vecinos en la ciudad de Zaragoza. Se trataba de Ramiro Lorenz Nuez y Manuel Loscos Marco, dos jóvenes veinteañeros. Un tercer vecino que se llamaba Jorge Galve Millán murió en circunstancias desconocidas durante la ofensiva rebelde de marzo de 1938, pero se cree que pudo ser asesinado por los sublevados.

Otras víctimas de la guerra en la localidad: Alloza sufriría la muerte de 28 o 30 de sus jóvenes mientras luchaban en el frente. Según fuentes documentales, solamente uno de ellos, Blas Lorenz Lorenz, pereció luchando junto a los rebeldes. El resto habrían caído junto a los republicanos y desconocemos las identidades de la mayoría de ellos, salvo de Mariano Loscos Aranda, desaparecido en Artesa de Segre (Lérida) en diciembre de 1938.